Delirio (No se de que otra manera llamarlo)

Hace años que no escribia algo fuera de poesia realmente no se como habra quedado este texto.
Se que es una lata leer tanto pero si alguien termina dese el lujo de opinar


Sentado, solo, siento el aroma a mugre y humedad de las oscuras y sucias paredes del sanatorio mental blerk. Dentro de algunos instantes oiría el bronce de la campana y el hombre gordo de bata blanca como todos los días me sacaría de mi habitacion.
Como siempre comenzo inyectandome un liquido cristalino, que creo era un tranquilizante, ya que despues de eso mis rodillas no pudieron sostenerme y me desplome de pronto, despues de unos minutos logré reincorporarme, estba amarrado a una silla dentro de una sala oscura y pequeña, además de mi se encontraban un proyector, el hombre gordo de bata blanca y un lívido hombre el cual creo que manejaba el proyector.
El hombre gordo de bata blanca comenzó con unas preguntas simples, ¿Cuál es tu nombre?, ¿Qué edad tienes? Y cosas por el estilo.Tras unas cuarenta preguntas de esa índole, cerró su carpeta, hizo una mueca con el rostro y luego una seña al lívido hombre que aguardaba en una esquina, este al percatarce se movió presuroso y encendió el proyector.
Cuando el hombre gordo de bata blanca cortó las luces, la sala por unos segundos quedó en una oscuridad absoluta, trataría de levantarme y salir hullendo, correría por el desolado corredor, saltaría por la ventana, escalaría la alambrada y sería libre tras quien sabe cuanto tiempo cautivo en ese lugar.
Reuní todas mis fuerzas y me levanté un par de centimetros, cuando creí que lo lograría, sentí las amarras en mis muñecas y tobillos y me resigné a sentarme nuevamente. Nadie jamás sabría lo cerca que estuve de lograrlo.
El proyector comenzó a mostrar una imagen, era un fondo negro en un marco blanco y con el mismo color del marco en el centro estaba expuesta la inscripción “C.O.D.1.7.8.9.”. Al permanecer este cuadro por varios minutos el hombre gordo de bata blanca comenzó a gritar y se avalanzó contra el lívido hombre.
Antes de que pudiera alcanzarlo el proyector cambió la imagen. Tarde un instante en reconocer a la mujer de la foto, se trataba de Alice. No la reconocí inmediatamente, ya que era casi irreconocible, no quedaba rastro de aquella mirada perdida en en horizonte ni esa boca dulce como ninguna otra. Había sido brutalmente asesinada. Reconocí la habitación como el dormitorio de mi antigua casa.
Al observar la fotografía de ella en tales condiciones una lagrima brotó de mi ojo y recorrio mi cara, me dije a mi mismo que debía matar al infeliz que le causo tal daño.
No soporte más seguir mirando la fotografía y cerre los ojos con fuerza entre lagrimas. Supongo que el hombre gordo de bata blanca se apiadó de mí pues le dijo al otro que cortará la imagen. La inscripción “C.O.D.1.7.8.9.” aparecio nuevamente contra la muralla.
El hombre gordo de bata blanca me dijo que a esa joven la había dejado desangrandose en ese estado su novio, tres días antes de casarce. Al suponer que lo habían engañado.
Al sonar la orden el lívido hombre proyecto una nueva imagen. Esta se situaba en el estacionamiento de un edificio, en una esquina se podía distinguir un auto oscuro y en el centro de la fotografía había un hombre descuartizado en una poza de su propia sangre, y había un cuchillo clavado en cada uno de los trozos de su maltrecho cuerpo. Al ver esta imagen, no sntí correr una lagrima, sino más bien me dio un vuelco en el estomago y comencé a vomitar. El hombre gordo de bata blanca disfruto viendo como vomitaba por algunos minutos antes de ordenarle al lívido hombre que cortara la imagen. La inscripción “C.O.D.1.7.8.9” nuevamente aparecio en el fondo, el hombre gordo de bata blanca me dijo que el era Robert, el supuesto amante de Alice. Ante la desgracia de este hombre no sentí la obligación de vengarlo, solo pense que el asesino de Alice era más despiadado de lo que cría y era aún más peligroso, ya había dejado de vomitar cuando el lívido hombre proyecto una nueva imagen, el hombre gordo de bata blanca golpeo su rostro de una menera feroz al ver la imagen que el no había ordenado proyectar.
Esta tercera imagen era un cuerpo calcinado, no sabía si era hombre o mujer solo me dio lastima su carbonizado esqueleto, esta imagen estuvo alrededor de un minuto proyectandose y luego se cambio por la inscripción “C.O.D.1.7.8.9.”; para ese entonces yo solo quería irme a mi pequeño cuarto y no pensar en nada, pero el hombre gordo de bata blanca tenía otros planes.
Me dijo q la primera foto como yo ya sabía era Alice, la segunda era Robert el marido de mi hermana y la tercera foto era Susie mi hermana...
Al oír esto yo supe el desenlace, el desquiciado que había cometido eso crimenes no era otro sino yo mismo, por esto era que estaba cautivo en este mugroso lugar.
Recordé los hechos a la erfección entonces había golpeado a Alice porque me había engañado, la golpiza fue tan brutal que casi la mato en el acto, horrorizado por mis acciones tome mi auto y me dirigi a casa de mi hermana. En el estacionamiento encontre a Robert, siempre sospeche de el, y cuando empezo a preguntarme por la sangre en mis manos decidí que terminaría con su vida utilice los cuchillos que llevaba en el maletero y cometí el segundo crimen de la noche. Al mirar hacia la ventana de mi hermana, divisé que esta observo todo lo ocurrido, subí a su departamento y abrí todas las llaves de gas, dos minutos más tarde prendi su departamento con ella adentro.
No pude volver a mi casa esa noche, de echo senti una gran culpa la cualhizo que me entregara a la policia.
Mi juicio fue breve, yo fuí considerado como mentalmente insano y sería confinado al sanatorio mental Blerk de por vida.
Tras este analisis mental el gordo de bata blanca me inyecto nuevamente el líquido cristalino, mi ojos se cerrarón mientras lo último que veía era al gordo de bata blanca pateando en el suelo al lívido hombre.
Desperté en mi habitación estaba sobre la cama, me sente sobre ella y estuve dubitativo por un instante sobre el pequeño escritorio habia un papel y un lápiz.
Escribí mi despedida, pedía disculpas mi familia y a las familias de Alice y Robert. También escribí los maltratos físicos y psicilógicos que sufri en este lugar por parte del hombre gordo de bata blanca. Despues de leer mis lineas, decidí que yo no estaba loco y no pertenecía a este lugar, yo había prometido matar al asesino de Alice y debía cumplir mi palabra, mordí mi lengua romperla, tome el lápiz del escritorio lo sujete con todas mis fuerza y lo atrvesé por mi pecho buscando mi corazón.
El lápiz atravezó mi cuerpo 14 veces antes que cayera inconsiente y muriera desangrado sobre una poza de mi propia sangre.